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Balanza Rota

La base de todo buen espéctaculo

Cómo dramaturgo tengo que preocuparme porqué el texto sea eficiente; drámaticamente hablando. Como actor, debo cumplir el papel que se me encomienda dentro del engranaje teatral de una manera desinteresada; es decir, sirviendo de apoyo para los demás y dándo lo mejor y más profundo de mi investigación artística. Sin embargo, como director mi preocupación esencial es facilitar el trabajo de las actrices y actores con los cuales trabajo.

Creo en un teatro para la actuación. El público mira, siente y vive la magia que los y las oficiantes (actores y actrices) sienten. Un buen texto en manos de malas actrices puede ser una catástrofe. Un mal texto en manos de actrices geniales, puede salvarse e incluso pulir.

La prueba más contundente de que el teatro es una actividad de oficiantes es que sin ellos y ellas el hecho teatral no se produce. Podemos quitar las luces, la escenografía, el vestuario: podemos ver a la actriz que improvisa-escribe sus parlamentos; o que habla con su cuerpo sin necesidad de que un escritor artícule paralabras para ella. Y por supuesto, durante siglos el teatro se ha desarrollado sin alguién que dirija. Los y las directoras somos un invento relativamente reciente. Pero, son buenas actrices, no hay nada. El actor, la actriz, son el alma y la razón de ser del teatro.

Por eso, me siento honrado de haber trabajado con tres actirces con un talento monumental y con las que, además, me unen lazos de amistad y empatía. Es un privilegio haber reunido un equipo de trabajo de tan alta calidad. Esta es una de las razones por las que este espéctaculo tiene alma: Ruth Picado, Saray Salazar y Valeza Villalobos son la escencia viva de "Balanza Rota". Más allá del texto y la dirección, es gracias a ella que está obra teatral conmueve y estremece el alma; porque ellas le pusieron el corazón que necesitaba.

Mi eterna gratitud a ellas por darme la ocasión de trabajar a su lado.

 

Diego Soto.

Una pintura maravillosa

Una pintura maravillosa

Para promocionar nuestro proyecto hemos seleccionado una pintura de una extraordinaria artista nacional y una gran amiga: Rut Angulo. El tìtulo de la obra es Las cinco amantes y sobre ella la autora nos dice:

Cinco mujeres habitantes del cuerpo de otra mujer gigante.
 
Intentan resumir la pertenencia de cada una de nosotras,
las mujeres, a una Toda, a la mujer primaria, a la idea de mujer.
 
Como pasajeras en el vientre de una madre, que no nos
juzga por nuestras diferencias sino que nos reúne
orgullosa de que hayamos logrado diferenciarnos de ella
y recrearnos, como hijos que vuelan de sus nidos.
 
Y ese ser que es una y todas al mismo tiempo,
con su generosidad vuelve el respeto y
la tolerancia palabras redundantes de una realidad
imposible de negar.
 
Ella nos da la oportunidad de revelarnos
desnudas apoderadas de nuestro cuerpo,
sin vergüenza, ni complejos.
 
Su ejemplo nos abre la posibilidad de ser varias
al mismo tiempo, una mujer madre, poeta, niña y
guerrera, virgen, puta, sabia y analfabeta, y que todas
las mujeres que soy convivan sin problemas de coherencia.
 
Son además cinco mujeres que estuvieron siempre conmigo,
mi madre, mi hija
mi amiga, mi socia y enemiga,
mi abuela
todas en mi
tatuadas, hablándome desde el mundo de cada una,
todas a unísono en mi pensamiento.
 
SIn autoagredirnos
sin violencia hacia nosotras mismas
y a las demás
aceptarnos e involucrarnos con nuestra naturaleza.
 
Sin drama, de manera honesta.

Presentación de Balanza Rota

La Fundación Mujer, Justicia y Género y el Grupo de Teatro Espacio Vacío tienen el agrado de presentarle el proyecto Balanza Rota; el cual consiste en un espéctaculo socioeducativo que trata el tema de la revictimización que sufren las mujeres victimas de abuso sexual, violencia doméstica o crímenes sexuales cuando acuden al sistema judicial costarricense.

 

 

En la práctica, los procesos judiciales que deberían proteger a las mujeres y retribuirles por el daño que padecen en muchas ocasiones se convierten en dolorosas travesías. La discriminación por cuestiones de género que nos impone la sociedad patriarcal alcanza también los procesos judiciales. Tanto el operario judicial como las potenciales victimas deberían tener claro que este tipo de delitos exige un manejo especial de la victima y su necesidades.

 

Durante este espéctaculo se cuentan tres casos: el de Mónica, joven adolescente, violada por su propio padre; Gabriela, mujer que ha sido esclavizada sexualmente y traficada como mercancía; y el de Ana, una adulta mayor víctima de violencia doméstica. A través de ellas, vemos la dura realidad de un sistema que no escucha a las victimas; en el cual se debe soportar el rigor de los prejuicios, la indeferencia y la falta de recursos para alcanzar un poco de justicia.

 

Cabe destacar que este proyecto fue uno de los ganadores de PROARTES 2009; programa del Teatro Melico Salzar; instutición que pertenece al Ministerio de Cultura de nuestro paísGracias a esta distincióny al apoyo del Poder Judicial de Costa Rica la producición del mismo ha sido posible.